Once poetas críticos en la poesía española reciente tiene el objetivo, según palabras de la introducción de Enrique Falcón, de “presentar algunos de los textos más significativos que durante estos años han marcado en España esta búsqueda –este tanteo contestatario- por una literatura de voluntad crítica y pulso resistente en tiempos sin embargo como los nuestros, de macdonalizada pacificación e innegable injusticia social” (pág. 11). Tendencia detectable en la poesía española de los últimos años, tal y como han señalado diversos críticos -debidamente seleccionados para esta antología y afines a los presupuestos que la sustentan-, y que no duda en señalar Falcón para justificar el hecho de su publicación. Se nos dice también en la introducción que la antología originariamente estaba destinada a acompañar los recitales que los once poetas iban a dar por Centroamérica, pero que el proyecto, finalmente, no se llevó a cabo, y que es ahora, gracias a Baile del Sol, que ve la luz. Poetas todos ellos nacidos en los años 60 ó 70, que han publicado al menos un par de libros de poesía en castellano (así lo demuestra la breve descripción biobibliográfica que los acompaña), y que seleccionan, para esta antología, una muestra de sus poemas. El elenco de los once lo forman: Jorge Riechmann, Daniel Bellón,rolex replica uhren Isabel Pérez Montalbán, David González, Antonio Orihuela, Antonio Méndez Rubio, Enrique Falcón, Miguel Ángel García Argüez, David Franco Monthiel, David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero. Cierra el volumen un epílogo, No doblar las rodillas: 1991-2006, en que la crónica de las barbaries, con eje en la guerra de Irak, alterna con el relato de la actividad artística de los que las combaten.
Hasta aquí el propósito explicitado de la antología, las circunstancias que la han visto nacer y una sucinta descripción de la misma. Ahora bien, ¿consiguen los poemas de estos autores, al menos los aquí seleccionados, la finalidad “contestataria” que persiguen? ¿No estaremos siendo testigos del hiato entre teoría y práctica tan común en este tipo de proyectos disidentes? La dirección tomada, desde luego, nos parece la adecuada, pero no así los caminos utilizados. Se hace necesario –así lo requieren los tiempos que corren-, un cuestionamiento del sujeto propuesto e impuesto por la sociedad actual, siempre y cuando se proponga uno nuevo, cosa que se echa en falta en muchos de los poemas que comentamos. La conjunción entre poesía y vida que reflejan estos poetas es una manifestación que los une con la aspiración romántica por la fusión de los extremos arte y vida. Pero, ¿realmente es necesaria la radicalización de esa conjunción en una poesía en la que ese proceso ya está dado desde la época de las vanguardias históricas? ¿No resulta redundante como ideación creativa? ¿No será más eficaz la búsqueda de otros caminos?
Otra cuestión que cobra importancia en este tipo de poesía es la concepción que estos poetas tienen del lenguaje y el uso que de él hacen. No es fácil escapar a su trivialización a causa del uso meramente instrumentalizador al que este tipo de discurso está abocado. Instrumentalización que, al fin, no es sino una reactualización del finalismo causal didáctico del clasicismo. A la vez, no se puede menos que objetar el carácter exclusivo que dotan al concepto de compromiso. La introducción nos dice que se trata de once poetas que “están hondamente comprometidos con su tiempo”. Sus textos, por supuesto, evidencian la intención. Sin embargo, no hay que olvidar que el primer y principal compromiso que tiene el artista es consigo mismo, con la calidad de su obra, y que es ahí, en una consecución convincente y ética de su realización poética, donde se espera su verdadero compromiso y el modo como se puede realizar una auténtica crítica.
En una antología de este tipo, necesariamente, el resultado ha de ser desigual. La consolidada trayectoria de los mayores contrasta con la búsqueda de voz definitiva de los más jóvenes; la mesura de dicción de unos con el desgarramiento verbal de otros; la búsqueda de nuevos recursos lingüísticos con el retoricismo fácil de las voces de denuncia… En fin, un proyecto común con resultados poéticos distintos, pero con un recorrido al que no hay que dejar de atender.
José Manuel Pons